PLAN LECTOR
PLAN LECTOR N°2
La COMETA
Área: COMUNICACIÓN
Competencia:
LEE
DIVERSOS TIPOS DE TEXTOS EN SU LENGUA MATERNA
Antes
de iniciar ten en cuenta las siguientes recomendaciones:
Busca
un lugar adecuado donde puedas realizar la lectura.
Anota
las palabras que “NO ENTIENDAS”, para posteriormente buscar sus significados
haciendo uso del diccionario.
Realiza
anotaciones o subraya las ideas importantes.
Da
respuesta a las preguntas del formulario
COMENZAMOS:
LA
COMETA
A pesar del
tiempo transcurrido, aún recuerdo, como si hubiera sido ayer, lo que sucedió
con Marcial y la cometa. Y la carita de Cirilo no se borra de mi memoria.
Yo vivía en Caraz, "el jardín del
Perú", donde abril, mayo y junio son los meses primaverales. Por esa
temporada se acostumbra a salir al campo a corretear libremente, trepar a los
árboles buscar nidos, cazar mariposas e ir a los remansos a volar cometas. Por
eso, en abril de aquel año, pedí a mi papá que me ayudara a confeccionar una
cometa, la mejor cometa del mundo. Tal vez comprendiendo, él me dijo:
-Si quieres la mejor cometa, hay que
mandar traer una de la capital. Podemos escribirle a tu tío Andrés.
-No, papá. Esa no es la gracia. Quiero
hacerla yo mismo; una cometa grande, poderosa, única, en la que yo ponga un
pedazo de mi propia vida. Me comprendes, ¿no?
-Bueno Rodo, si es así, el sábado y el
domingo nos dedicaremos a confeccionar la cometa más hermosa que ojos humanos
hayan visto . . .
El domingo, a media tarde, estuvo
terminada la cometa. Tenía la forma de un avión del futuro. Nunca había tenido
una cometa igual. Guardamos el barrilete en la azotea, sobre un cajón grandazo
a la sombra. Allí se quedaría hasta el jueves, que era el día del paseo.
Ese día, cuando llegué al colegio con
mi cometa en las manos, mis compañeros ahogaron un ¡ah! de admiración y se
acercaron para contemplarla mejor. De todo el grupo, también Marcial, Próspero,
Arístides y Elviro traían sus cometas. La de Arístides era bonita, pero no se
igualaba a la mía. Las otras eran pequeñas. Entonces nos dirigimos hacia la
colina. Era un lindo día.
Allí, Marcial agarró viento y vio cómo
su pájaro de papel se elevaba. Luego, Elviro. Yo tenía serios problemas; mi
cometa se resistía, no quería agarrar viada. Mientras tanto, Próspero ya
sonreía con la suya corcoveando en el aire. Y los chicos que estaban a mi lado
me miraban interrogantes, se diría que sufrían conmigo. "Tan linda cometa
y no puede volar", parecían decir con sus ojitos desconsolados. Tratando
de serenarme, volví a intentar y, poco a poco, como dándose importancia, fue
tomando viada y se elevó, potente y triunfadora, iluminando las caritas de mis
camaradas que lanzaron hurras y gozaron conmigo. Y, por allí cerca, solamente
Cirilo, el hermanito menor de Marcial, no daba importancia al acontecimiento.
Él estaba ocupado con su propia cometa. Y estaba solo, afanado . . .
El viento fue creciendo y mi hermosa
cometa subía cada vez más airosa, alcanzando y pasando a las otras. La de
Arístides, lamentablemente, se enredó en la copa de un eucalipto. Mi cometa
seguía subiendo, pero se acabó el hilo y el barrilete comenzó a dar tumbos, a
encabritarse como potro salvaje, reclamando más cuerda. No supe qué hacer y
busqué la mirada de mi padre. La cometa me arrastraba. Por una fracción de
segundo bajé de las alturas y volví la vista a mi alrededor: me encontraba
sobre una colina pedregosa y cruzada de berrocales; había un deslizamiento que
daba al precipicio y, abajo, el río, turbulento, parecía llamarnos. Como a dos
pasos, Marcial iba retrocediendo, concentrado en su cometa y de espaldas al
barranco. Un paso más y rodaría. No quedaba tiempo ni siquiera para pensar.
Solté la cuerda y, de un brinco, cogí a Marcial, ya casi en el vacío . . . El
chico quedó sin habla, pálido, asustado; yo, tratando de reponerme; los demás
chicos me miraban incrédulos; y mi padre me acariciaba la cabeza, seguramente
comprendiendo mi drama:
-No es más que una cometa, hijo. Se ha
perdido. Los juguetes tienen un destino muy breve. ¡Marcial está a tu lado, eso
es lo más importante! El aludido seguía mirando el precipicio por donde estuvo
a punto de rodar y un par de lágrimas asomaron a sus ojos; pero sonrió y me
abrazó en silencio. En ese momento, se acercó Cirilo, el hermanito de Marcial,
quien, con la frescura de sus seis añitos, me dijo:
-Oye, Rodito, mi cometa no es tan
linda, pero ¡tómala!, ¿ya? . . . No era más que una hoja de cuaderno atada a un
pedazo de hilo, pero fue el regalo más significativo que jamás alguien me pudo
haber dado . . .
Teófilo Maguiña (peruano)
Busque el significado de las siguientes palabras y formula una
oración con cada una de ellas.
Remanso : ___________________________________________________
Barrilete : ___________________________________________________
Corcovear : ___________________________________________________
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